Vídeos para reflexionar

 

Partimos de la idea de que la escuela pública está sustentada sobre los pilares de la economía capitalista y de que dejamos de lado la contextualización social y cultural de esta educación desorientada de la que somos prisioneros, así como de las desigualdades que todo esto conlleva, ya que unos pocos se benefician de esta estructura educativa enfocada a fines económico en lugar de fines culturales. Por todo esto nos debemos plantear, como profesionales de la educación social, la responsabilidad de cambiar los sistemas educativos para que los alumnos puedan conseguir poseer su identidad cultural. Ante esto se nos presentan ciertas dificultades, como que el sistema capitalista considere a la escuela como si de una fábrica se tratara, y esto hace que el mismo sistema escolar produzca desigualdades sociales que al mismo tiempo se desarrollan fuera de la escuela, es entonces cuando nos cuestionamos que la escuela pública tiene lagunas difíciles de cubrir. Asimismo se nos presenta la responsabilidad de crear una escuela crítica, reflexiva y creativa para que los alumnos no se adormezcan, ya que éstos son acusados de estar esclavizados a los nuevos modelos de ocio que le ofrece el mismo sistema, y es este mismo sistema el que los castiga y los excluye de los paradigmas educativos, fundamentándose en los supuestos trastornos de atención como el TDAH. Además, hemos de crear una escuela basada en la cooperación y la elaboración, creando comunidades educativas y evitando el aislamiento de las personas, que provoca un conocimiento pequeño, sesgado y poco universal.

 

La motivación debería ser la fuente educacional que mueve al alumno a sentirse libre para consolidar una educación creativa y diferente.

La sociedad ha cambiado, sin embargo seguimos educando como se hacía hace cincuenta años. Es necesario una revolución, un cambio que sea de arriba a bajo para que nuestros alumnos no se aburran en la escuela. Necesitamos una escuela más dinámica y que está en continuo cambio, al igual que la propia sociedad que está en un devenir continuo.

No podemos anquilosarnos en la tarea de educar en lo que no es útil. Por eso, debemos motivar para que la creatividad de los niños y niñas sea mayor. Innovar en la educación es uno de los principales objetivos que debemos perseguir para  ir en consonancia con los cambios sociales, porque si seguimos enseñando partiendo de  los patrones de la revolución industrial y el pensamiento ilustrado del siglo  XVII, estaremos preparando a personas para el aislamiento, en un pensamiento empírico, faltos de creatividad y de habilidades sociales.

La educación no puede ir unida únicamente a la economía, ya que eso nos hace que nos socialicemos pensando que las materias de tipo científico sean más valoradas por la sociedad, que las materias más artísticas las cuales parecen que nos son muy eficaces en esta sociedad.

 

Dentro de diez años la enseñanza se llevará a cabo mediante clases presenciales, semipresenciales o a través de  internet. Esto es que según las necesidades de cada alumno, éstos se adaptarán a las diferentes ofertas educativas. Podemos decir, que la educación está en proceso de cambio ya que se tiende a una enseñanza más personalizada. Esto puede tener sus pro y sus contras. Por un lado, las nuevas tecnologías pueden ser herramientas que faciliten y acerquen los recursos educativos a toda la población en general.

Sin embargo, por otro lado, se corre el riesgo de la despersonalización de la enseñanza, y por tanto, la enseñanza pierda todo su sentido.

Al menos  tenemos la esperanza de que la educación va evolucionando y que está intentando romper con lo tradicionalmente establecido.